Aníbal Angulo
Artista Plástico
martes, 19 de febrero de 2019
lunes, 4 de febrero de 2019
LA ARRIBAZON
Las tortugas arriban, preñadas, a
las arenas sin tiempo de nuestra memoria. Arriban desde el mar de la
imaginación creadora de un artista que se ha sumergido en los misterios vitales
para contemplar como desovan las tortugas sus metafóricos huevos de oro que han
de romperse ante la sorpresa de nuestros sentidos.
Aníbal Angulo, fotógrafo, pintor,
grabador, con una larga y prestigiosa trayectoria dentro de las artes plásticas
mexicanas, nos ofrecen hoy su serie de grabados “La arribazón de las Tortugas”:
sueños marinos trazados sobre la placa, delineados con la sensibilidad de quien
nació frente al mar, allá en La Paz, Baja California Sur.
Aquí vienen las tortugas
comandadas por la Luna para depositar en las playas solitarias los preciados
huevos que han de perpetuarlas si no interviene la mano depredadora del hombre,
que casi las aniquila sin saber que con ello extinguiría un milenario milagro
de vida y supervivencia a lomos de mar y de arena.
Las ha captado, las ha grabado;
ha plasmado sus miradas lánguidas y nostálgicas, sus pasos de tortuga sin
prisa, su longevidad a prueba de bombas de tiempo, sus caparazones donde han de
ocultarse para que nadie interrumpa sus sueños líquidos, su primigenias formas
de hermosos seres que solo una estética deformada y limitada puede juzgar de
monstruosas. Helas aquí, arquetipos de la sabiduría, símbolos de la paciencia,
la serenidad y la cautela, metáforas del tiempo. Caguamas, careyes, galápagos
de inmemorables océanos.
¡Ya llegan! ¡Aquí vienen los
oceanautas convertidos en tortugas! ¡Hierven las arenas que han de incubar los
huevos! ¡Es una arribazón a los espacios del arte! ¡Una tremebunda arribazón de
tortugas que nos preñaran de fantasías para siempre!
GERMAN RODRIGUEZ 1986 México D.F
La Arribazón
Armando Torres Michúa
La naturaleza ha sido habitualmente el punto de partida de
las imágenes artísticas. Aníbal Angulo, fotógrafo, pintor y grabador
bajacaliforniano, no solo mira el entorno natural para comunicar sus
preocupaciones sobre los trastornos que el hombre causa a los sistemas
ecológicos, sino para al mismo tiempo, dar una serie de recreaciones plásticas
por medio del grabado. Esta vez, de nuevo toma un animal en peligro de
extinción: la tortuga. Y con ella nos enseña, en forma lúdica, las múltiples
maneras de verlas, de convertirlas en una zoología fabulosa digna de los
cuentos infantiles, de los mitos populares y, por supuesto, de la
transformación artística.
Pretexto temático para un ejercicio
tanto formal como conceptual, nos introduce en la mudanza de significados que
este milenario animal ha logrado adquirir en nuestra cultura: erotismo,
sabiduría, conocimiento… Para ello, emplea una variada gama de recursos, de la
imaginación y de las técnicas del grabado: Tortugas camuflageadas o miméticas
con el paisaje, atigradas por las manchas de su caparazón, aplastadas,
expectantes, agitadas, de extraños cuellos serpentinos o que comparten su
vivienda natural. Todo eso para da cuenta del misterio, de las apariencias, de
la transmutación de la imaginería en símbolos gracias al poder de la
imaginación.
Este artista al grabar no muestra
lo que ve, lo transforma y lo trastoca. De ahí los recursos informales como
manchas, rayones y ejemplos sígnico-decorativos de acentos textuales, al igual
que el acierto en el manejo de los contrastes, los diversos tratamientos del
espacio donde viven o, a pesar de la insistencia en la bicromía acromática, los
efectos visuales de los toques de color y de la combinación de las técnicas del
huecograbado.
Aníbal Angulo comprende con
sagacidad las distinciones y las opulentas posibilidades de los diferentes
medios artísticos que emplea lo que se comprueba en el acierto de su
comprensión de lo peculiar de cada uno de los lenguajes como los que propone
sus trabajos.
1986.
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